Un día, un momento

Un día, un momento
María, la autora

jueves, 25 de febrero de 2010

RELACIONES NO TAN PELIGROSAS

Conocí a David en el 76'. Lo que yo no supe-ni pregunté-era o es cuál era su profesión. Como en los noviazgos de antaño, debí haber hecho "el interrogatorio", ése que hacían las madres con "hijas casaderas".Éramos dos personas adultas, los dos separados, y por lo que yo sabía, trabajaba en un hotel de turismo,como adicionista. Es más, ahí nos conocimos. Pasábamos bien juntos. Y mi otro hijo, Roberto, por entonces de seis años, lo aceptó, lo quiso con un afecto que dura hasta hoy. Se vivían los días del Proceso. La dictadura. Al año y medio de nuestra relación, despotricaba yo-más que de costumbre-contra los militares, los golpes de estado, etc, mientras-en ese día-nos hallábamos sentados frente a frente, cafés por medio, cuando el hombre no aguntó más. Y me dijo: yo soy militar. Quedé mirándolo, buscando su risa,le dije: no le veo la gracia. Es que no tiene, me dijo,es QUE YO SOY MILITAR. Salí del café. Corriendo. La verdad, estaba aterrorizada. Espantada. No sabía qué hacer ni qué pensar. Muchos días más tarde, volvimos a hablar. Me explicó que estaba retirado, antes del golpe, que era, es radical. Que no creía que fuera bueno lo que estaba pasando en el país. Que ya iba a terminar. Que nuestra relacion siguiera. Y siguió. A pesar de TODO. Que fué, es y será, bastante. También, él, supo de persecuciones. Fué duro. Los dos, emocionados, celebramos el advenimiento de la democracia. Nos parecía que los días de angustia habían terminado. Era así por una parte. Otras luchas comenzaban. Hoy, al vernos¿ quién lo diría? parecemos otra de las tantas parejas de "adultos mayores". Y, bien, eso es lo que queríamos. Envejecer juntos. Nuestro tiempo de vida, juntos. A pesar de ser y provenir de orígenes tan distintos. No nos une "el espanto". Nos une LA VIDA. Y NUESTRA FAMILIA. Y EL CARIÑO enlazando todo.

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