DE ESCOLARIZACIONES, CAMINOS

Ese año-84'-yo había concurrido a anotar a mi hijo en la escuela especial de Concordia. Me dijeron que, lo lamentaban mucho, pero, no tenían estructura, es decir profesionales que tuvieran alguna especialización en autismo. Que cuando tuvieran, bla,bla,etc .,me lo harían saber. Podría estar esperando, aún. Encontré un jardín o- kinder-para los amigos angloparlantes-dedicado a chicos con dificultades.Privado, por supuesto. Un día de junio nos dirigimos allí con mi niño. La directora, una joven muy esforzada, me dijo que hiciera como quisiera. Si lo deseaba me iba, si no, esperaba. Cuatro horas. Es que-le comenté- mi hijo rompe cosas, no sé, si Ud ha visto chicos así, etc. Ella sonrió y me mostró , algunas sillas con 3 patas, un pizarrón partido en dos. y otros objetos, todos maltratados. Son para tirar, me explicó, mis alumnos son muy expresivos, a veces. Me quedé un rato, mientras iban llegando los otros niños. Eran chicos con discapacidades importantes, más, entre ellos, me llamó la atención, una hermosa niña que, como mi hijo, tenía una apariencia, y un desplante! que me llevó a pensar que tenía lo mismo que mi hijo. Así conocí a Natasha. Y a su padre. Íbamos a conocernos más con el tiempo. Íbamos a compartir la experiencia de un Centro de Día.