Un día, un momento

Un día, un momento
María, la autora

viernes, 19 de marzo de 2010

DÓNDE ESTÁ JUAN PABLO???!!!

Salí al patio buscándolo. No estaba en su cama, cuando me desperté. Se ha escapado de nuevo, pensé. Y corrí a la calle. Algunas vecinas barrían la vereda-tempraneras. y Yoli-una de ellas-me dijo que no lo habían visto.Entré y me puse a mirar adentro del placard, debajo de las camas.Nada. Sentía un pequeño gemido, lejano. Me orientaba hacia el patio, hacia atrás-era un fondo extenso-. Había maleza-bastante- en ese lugar. Y había también, dos rejas enormes que parecían superpuestas. De allí, de abajo, salió de nuevo el quejido apenas audible. Y POR FIN LO VÍ.Ahí estaba mi inquieto hijo atrapado debajo de las rejas. Que el descuidado del dueño-alquilábamos-había dejado allí,después supe, una contra la otra. Y, de seguro Pablo quiso trepar por ellas. No las podía levantar-rejas coloniales de 4 x 4-sudaba. Llegó mi marido-él trabajaba de noche-y entre los dos, con mucho esfuerzo, liberamos a Pablo. Tenía una fractura expuesta, y milagrosamente, ni un solo daño más.David lo entablilló-pericias de militar instructor- y nos fuimos con el nene hacia el sanatorio. Esos días-diez, más o menos-pasé casi sin dormir, Juan Pablo gritaba día y noche, más por el hecho de estar atado, literalmente, inmovilizado,pues el Dr que lo atendía, no quería enyesarlo. Es que no había forma, tampoco. Con sólo 4 años poseía tanta fuerza! Iba a la casa-yo-por unos minutos, a cambiarme, a ver a Cecilia y a Roberto, y, fumaba! uno, dos cigarrillos. Y volvía al sanatorio. Nos pùsieron en un cuarto aislado. Por los demás pacientes. Vino el Dr A-el neurólogo-y convenció al otro Dr de que había que enyesarlo. Anestesiado. Su segunda vez. En un año. Sentí que se me volvían de agua las rodillas. Tuve tanto miedo! Cuando salió, por fin, el alivio. Y, después, la lucha por que no tratara de arrancarse el yeso. Fué un año movidito el 84'.

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