Un día, un momento

Un día, un momento
María, la autora

martes, 27 de abril de 2010

LA ASOCIACIÓN, LAS REUNIONES,EL PROYECTO

Algunos padres empezaban a cansarse de las sesiones de autoayuda.Querían que avanzáramos en lo que atinaba al Centro. Tim y la psicóloga, Marcia, apoyaban esto. Doris y yo lo veíamos demasiado apurado. Más, finalmente, se empezaron a a hace las nuevas reuniones en un local-que le prestaban a Tim- los trabajadores de la Represa de Salto Grande.Donde él trabajaba. Tim iba convirtiéndose, como así," sin querer", en quién más hacía. Nadie había dicho nada cuando él mismo, nos contó que su hijo, en realidad, no tenía diagnóstico de autismo. (Más tarde, lo iba a tener). El chico había nacido con parálisis cerebral, caminó a los seis años-el esfuerzo de una mujer, Celia, que trabajaba para la familia-. Hablaba, repetía mucho, las mismas cosas, y esas eran "las conductas autísticas". No se autoagredía, agredía a otros. Más, a mí, cuando lo conocí, no me pareció tan problemático. (Acostumbrada al eterno movimiento, quizás, hallaba más fácil, estar y o cuidar con y a un chico así). Había que conseguir que APADEA de Buenos Aires, nos dejara tener sus mismos estatutos. Fueron largas, muy largas tramitaciones. Yo llegué a tener una cuenta de teléfono-mañs de la mitad del sueldo de mi marido, único ingreso de la familia. Juan Pablo empezó a decir hola, hola, a cada rato. Las reuniones, al principio, numerosas, iban dejando de serlo.Éramos 6 , a veces, 8 madre y o padres. Y Marcia. Por fin APADEA, nos dió el ok. Ahora, debíamos conseguir la personería jurídica. Teníamos que sumar socios. Empezóa venir a las reuniones un abogado,que nos iba a a asesorar y ocuparse de la parte legal. Es una persona muy práctica que, hizo hincapié en la difusión. Nos decía: para atraer gente-socios o colaboradores-, tienen que buscar la manera de que la gente sepa de sus hijos. Si yo ne sé de un tema¿porqué habría de interesarme? o ayudar? yo iba guardando esas palabras y así, en las reuniones, empecé a hablar de un video. Tim se oponía. Es suficiente, nos decía, con lo "que debemos soportar", "¿ no les parece suficiente tener un hijo así?" así, ¡ cómo? dije, una noche. " , "Y, no sé cómo es para vos" "para mí es un castigo". Nos quedamos en silencio. Tim había soltado SU VERDAD. El hijo era-pobre muchacho-un motivo de verguenza en esa familia. Tim pertenecía a una antigua familia muy conocida en la ciudad. Su mujer-no tanto-más, según él, y algo que también pude ver, se sentía como marginal, por causa del chico. También, había una mamá-que estaba separada-que sentía así. Que no podían vivir a pleno. Que sus carreras, sus vidas estaban deshechas. No eran más que dos familias. Los demás-gracias a Dios-no pensaban así. Pero, fué Tim y yo quienes nos empeñamos a fondo en la árida tarea de buscar y encontrar los socios. Trabajamos mucho, varios meses, para al fin en el 98', en otoño, tuvimos mucha más cantidad de la necesaria para conformar, legalmente, nuestra asociación. Había que elegir la gente que iba a estar en los cargos. Continuaré en otra entrada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario