Un día, un momento

Un día, un momento
María, la autora

miércoles, 12 de mayo de 2010

AÑO 2002

Se había fijado una fecha para la operación que, me explicó la Dra, consistía en la colocación de una lámina de oro muy chiquita y muy fina, que iría dentro del párpado.A fines de noviembre JuanPablo ingresaba al quirófano con Roberto tomándole la mano.Iba tranquilo,no como uno que ha solido atravesar esos pasillos de hospital, tieso/a de miedo.Más, el Dr anestesista se negó a efectuar su trabajo.Pablo es alérgico, así es que pidió, este profesional le suministraran antihistamínicos en más cantidad, por varios días. Roberto regresó a Concordia.Por fin el 9 de diciembre, se realizó la cirugía. Yo quedé de este lado mientras Juan Pablo ingresaba a la sala con los médicos y Roberto. Sé que estuvo mal, sé que se complicó.Después de unas horas-que parecieron años-lo llevaron-aún dormido-a la sala dormitorio. Esa noche, se quedó Roberto con él. Y a la mañana, ya estaba bien, como siempre.Y quería irse.Al que consideraba "su" hogar. Nos íbamos a verlo casi todo el tiempo. Se lo veía mejor, más, yo seguía con la idea de retirarlo. Nos volvimos a Concordia. Y se terminó el año.

7 comentarios:

  1. Qué dificil todo! Cada vez que leo, me cuesta más creer que han pasado por todo eso! La verdad, no puedo más que felicitarlos!

    ResponderEliminar
  2. Marina, yo trato de tener una actitud positiva,aún hoy. Más no sé si alcanza.

    ResponderEliminar
  3. Hola María, merece la pena leer vuestra historia, parece increíble todo lo que habéis tenido que pasar.
    Muchas gracias María por visitar siempre el blog de Cristina. Un abrazo para ti y tu familia. Fernando.

    ResponderEliminar
  4. Fernando, tu blog es como aire fresco. Esta es una historia testimonial, algo dura.Es también un llamado de atención, para que los entes responsables-y que reciben mucho dinero del Estado- se sientan ¿culpables? o que tomen otra actitud, al verse señalados. Cariños para tus seres queridos y vos. María.

    ResponderEliminar
  5. María, en toda esta historia me admira la entrega de Roberto hacia su hermano. No todos los hermanos son tan capaces con cosas como una operación. Los felicito! son una familia unida, preciosa!
    Muchos besos para ti!

    ResponderEliminar
  6. Sarah, no sé qué hubiera sido de Pablo y de mí, si no hubiera estado Roberto, siempre práctico, siempre regalando cariño y esperanza.Y aún-con su propia familia-siempre está llamando y preguntando `por su Negro.

    ResponderEliminar
  7. Mi cariño para ud Maria,un abrazo infinito y sostenido...quietito,largo y silencioso para ud....asi lo siento!! y para su hijo e hija..!!!cuanto bien me hace leerla,cuanto sigo aprendiendo y más aun...Laura Huaier.

    ResponderEliminar