Un día, un momento

Un día, un momento
María, la autora

martes, 18 de mayo de 2010

AÑO 2003


Ese fin de año pasamos las Fiestas sin Juan Pablo. Como el año anterior. En los primeros días de enero,-nos horneábamos a fuego lento, 39' más o menos-David propuso venir él solo a Buenos Aires.Me vió muy cansada. Y era así. Pablo parecía estar bien(yo vivía llamando) David pasaba mucho con él. A fines de febreo yo ya quería venir. Y en eso estaba, y limpiando la acasa, cuando, de golpe sentí un inmenso dolor, y no podía moverme!estaba como doblada, no podía enderezarme. Pasé casi 3 días en un tormento.Cuando, por fin(comprendí que no era "lumbago") y fuí con el Dr, fué para enterarme de que tenía hernia de disco. Bueno, dije al Dr, es la edad? "no Señora,es una antigua lesión, algún accidente que Ud, quizás ni recuerde". Combinado con otra más reciente". Me acordaba de las dos. La primera fué una caída-en mi infancia-que casi me deja paralítica.La otra, una brutal golpiza donde me dejaron insconciente-en los años bravos, ya saben cuáles-. Así es que quedé como un trasto inútil, medicada, y casi sin movilidad. Me dije:es el fin, ya no sirvo para nada. Me desesperaba pensar en Pablo y verme así. Para el Dr, sólo había una solución:operarme.De la columna. Igualmente, no podía hacer nada como viajar, por ej. Debí esperar, mientras me hacía un tratamiento de kinesiología.Fuí puntualmente adonde un kinesiólogo excelente-a quien mando desde aquí mi agradecimiento-que se esforzó en devolver a mis vértebras su restablecimiento.En Julio-recién-ya pude viajar, vine a el Hospital con la recomendación del Dr de la operación.El Dr neurocirujano que me atendió-y después, otros-no avaló esta cirugía. Y seguí con los tratamientos.Ya no tenía tanto dolor-siempre y cuando no hiciera movimientos"raros"-. Fuimos a ver a Juan Pablo. Lo noté más ausente que nunca.Había dejado de hablar. No lloré, de regreso, sólo me juré a mí misma que me iba a curar. En mi loca cabeza aparecían fragmentos de lo que, quizás sea el yoga.(confieso mi ignorancia). Y me puse a mentalizarme-yo no estoy enferma, yo puedo caminar bien, etc-Una mañana. me levanté y dije en voz alta:YO ESTOY BIEN!! y DECIDÍ QUE ERA ASÍ.(la verdad, hasta ahora tengo algunas limitaciones).Más, yo no podía darme el lujo de entregarme.Si siempre había dicho que en nuestra casa no había lugar para enfermos, no por maldad, sino porque lo de Pablo-así pensaba-es excluyente por su IMPONENCIA. Y yo no iba a ser la que quebrantara esto.(no crean que no he cuidado a mis hijos, sólo que no quería, yo ser la que necesitaba cuidados.Ví a Pablo dos veces más ese año. Y cuando llegaron las Fiestas, llegó mi hija mayor-la que vive en Chile y es argentina-28 años sin vernos! vino con sus familia, sus tres hijos y su marido. Se encontraron los hermanos, sólo Pablo no estaba allí. El pedido de evaluación es la foto de esta entrada.

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