Un día, un momento

Un día, un momento
María, la autora

martes, 8 de junio de 2010

AÑO 2006, AÑO 2007, AÑO 2008


La Isla de los Padres.Como símbolo de soledad. Empezamos el año en Monte Caseros. Bien.De regreso en Buenos Aires, nos mudamos a lo de unas señoras mayores-bastante-con Cecilia. David se instaló en el hotel de "los militares", todo en Palermo.Así estuvimos hasta marzo.incluído-viviendo como podíamos, gastando como si alquiláramos un petit hotel.Mientras íbamos a ver a Pablo.Nos asaba el denso verano de la ciudad.Juan Pablo no la pasaba mejor. Tenía-para refrescarse-un piletín de plástico, único" deporte"al que tuvo acceso durante vivió en Castelar.Un día-por economía y también por la extraña convivencia con las señoras, re controladoras-nos decidimos a ir a vivir en una habitación-grande-de pensión.Por lo menos íbamos a estar todos juntos, ya que David nos hacía visitas "de novios"-donde las señoras-o nosotras a él en el hotel castrense. Así fuimos, nos ayudó en la mudanza el marido de nuestra amiga Katerina, a vivir en un "hotel" muy particular.El encargado-o encargada-era,alguien llamado o llamada Miki-por Michele-. De las andanzas y contradanzas de esa "experiencia", no sé qué parte contar. Si éste fuera un blog con otro lineamiento, bueno, hay mucho para reír, y otro tanto para analizar  un fenómeno, un modelo de convivencia, que, hasta ahora, no se ha visto-que yo sepa-reflejado en algún libro de sociología. Bueno, aquí van algunas anécdotas. Los sábados eran días "moviditos", Mimí-otro u "otra"-se depilaba toda la cara, como así, aparecíanlos otros o "las otras"(según se mire). "Días de chicas", Días de divertirse". Y algunos, o "algunas"como Miki tenían pareja, así es que eran días "de romance".Todo era soportable, sólo que Miki tenía "días" en que estaba de malhumor.Y en esas ocasiones, se le daba por cuestionar, por gritar obscenidades y a los gritos, proclamar su odio y rencor hacia las mujeres.Y allí no se salvaba nadie. Primero fué contra Ceci, más, como mi hija no estaba en casi todo el día, me tocó a mí.Las cosas que tuve que oir! no me las había dicho nadie en mi ya longe vida.No había que contestarle, dejarlo que se desahogara era lo único.Vinieron lo de la obra social a vernos. Me dijeron que no me "avergonzara"?¿?¿?!!?¿?!!!, que "yo no era la única afiliada" que vivía en semejante tugurio. No usaron esa palabra, desde ya-corre por cuenta mía-. Pienso que lo deben haber disfrutado. Y mucho.Igualmente teníamos un balcón, desde donde podíamos ver¡ qué vista! a el Instituto Agote, Centro penal juvenil.Y escuchar a veces, a los internos.Pero, también,había árboles. Fué UNA EXPERIENCIA INOLVIDABLE.En la foto La Isla de los Padres, Chinquihue, Puerto Montt.

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