En estos días de largs tedios, de monótonas acciones, de a ratos de desesperación, he asomado al recuerdo vivo de una vida donde los protagonistas fueron seres extraordinarios que tuve la suerte de conocer. Y amar.Ese niño de gesto insólito con su mensaje TRASCENDENTE. Y aquella niña, hoy mujer que fuera secuestrada una noche y en el manto de la impunidad criada por sus raptores.Que nunca más y a pesar de mi búsqueda incesante-y de haberla encontrado, finalmente-pude rescatarla. Y ella siguió, sigue aún no sabiendo escuchar la voz de sus raíces. Tiene un vago sueño donde un regazo de madre es su nido. Y después esa imagen, esa sensación del arrullo maternal se desdibuja brutalmente ante la realidad de su infancia de maltrato, de explotación, de negación-de parte de sus captores- de aquella madre, de una cuna cálida con lazos y cintas, de un tío sonriente, de una abuela y una hermana, de un lago y al fondo, un volcán.De un bosque donde los árboles forman cúpulas que no dejan pasar el sol.Dos hijos, dos historias de incesante afán para DEVOLVERLES SU VIDA.
sí
Leticia en su cumple nro 40. Otros cumples -muchos antes-fueron en su vida sin torta ni festejo. Sus raptores no le celebraban, ellos ROBARON SU INFANCIA, SU ALEGRÍA, HASTA SU BELLEZA.
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