PUEBLO MÍO

Quisiera contar como cuentan los que han aprendido o tienen el don de escribir con acierto.Porque no es menor el asunto y bien vale la pena.Fuí en un peregrinaje tardío, más, singularmente bello, a mi ciudad natal:Chillán. No pude dormir mientras el bus rodaba en el camino deslumbrada por la Cruz del Sur, agigantada, por lo que indica su nombre. Y cuando entrevía las sombras de los álamos, ese paisaje atesorado en mis más recónditos recuerdos, ese paisaje primero de mi mirada de niña.Nos alojamos a las 2 de la madrugada en un pequeño hostal. Descansamos. Y al despertar y mirar por la ventana, el viejo edificio del Liceo de Niñas!donde alcancé a ir un año a cuarto grado.Caminamos por esas calles buscando yo los nombres de las calles mientras mi hija fotografiaba todo lo que veía.Y(cita obligada) fuimos al Mercado. A buscar las pequeñas figuritas que eran mi pasión. Chanchitos, teteritas, todo de greda.Avecillas, el arte de la gente mi tierra. Un arte sencillo, tal como es la artesanía de los pueblos.Y a la tarde nos dirigimos a la Plaza de Armas.La plaza del pueblo. Y allí anduvimos en cuatriciclo(pedales mediante)no sé bien cómo fué pero después ya no me dolía la pierna(la rellena con metal). A veces, un viaje puede ser también un bálsamo, una cura. He vuelto renovada. Joven, SÍ!!!! fué como una cirugía del alma. Ahora es como más completo y con sentido todo. Las tareas, la vida, la de mis afectos y la mía.Necesitaba volver a ver, pisar sus calles, sentir sus olores, sus sabores de ese querido pueblo mío natal.