Un día, un momento

Un día, un momento
María, la autora

domingo, 24 de noviembre de 2013

Quizás Juan Pablo...

Mi hijo me mira. Luego examina lo que le he llevado para él y encuentra las masas con azúcar negra, se lleva una, vuelve al rato, otra y así hasta que da cuenta de todas. Lo miro. Alguien le comenta sobre mi visita. Él sale da vueltas afuera. Cuando regresa se me acerca y me da un beso que es s´lo un roce de caras. Hay tanta serenidad en su semblante que yo me distiendo, me olvido de mis tormentosos pensamientos habituales que de un tiempo a esta fecha se han instalado en mí. Y que tienen mucho que ver con el tiempo que la gente me recuerda(generamente yo vivía a margen de esta abstracción)a diario desde el lugar que sea.Juan Pablo no vive de acuerdo a estos parámetros.Para él las cosas están o no están. Su registro de los ciclos tienen que ver con sus necesidades.Sus apetencias. Él no conoce los números, él nunca pudo visualizar en signos escritos y/o nombrados las horas, los días, los años.Los cambios. O sea pareciera vivir en un eterno presente simultáneo ocurre o no ocurre. Está o no está. No sé si sufre las angustias existenciales que a todos nos amargan las horas de nuestra única existencia. No creo. Él posee un orden propio que es quizás una respuesta a tanto interrogante de nosotros, los seres humanos "normales"

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