Un día, un momento

Un día, un momento
María, la autora

domingo, 26 de octubre de 2014

ORACIÓN

Yo levanto las manos en el espacio infinito , a tientas, sin saber, como no sabe nadie, pero me guía una voz interior que es instinto, y es deseo, anhelo de que sepas qué es lo que te hace llorar. Yo estoy orando en esta plegaria universal de madre por que encuentres lo que andas buscando, lo que realmente es lo que te hará reir. Yo oro, suplico a Dios. Pequeñita mía, tan bella, tan callada y leve, tan tan amada!Yo no sé qué se quebró en ti hace ya un tiempo, que no puedo calcular, ni tengo registro.Yo rezo. Por ti. Me acompaña la noche, los rumores inciertos,  que vienen de afuera, vaya a saber  a esta hora que se ha aquietado la vida, de adónde provienen. Y mi propia soledad, mi dolor de no saber cómo devolverte la sonrisa, las ganas, el entusiasmo. Dejame decirte que si pudieras verte desde donde los demás te vemos,  todo esto no sería.Oro. Trato de no preguntar:¿porqué?Oro.Dios, vengo hasta Ti con mi dolor, de madre, a pedirte por mi chiquita herida. Que no sé por qué. Y te pido que me lo hagas ver en sueños, que es cuando el alma mía se libera de ataduras, y ve.Y a veces, encuentra la repuesta. Dios que no veo, pero intuyo, te pido la bendigas por siempre. Padre de todos, ella es la flor más pura y debe abrirse  a pleno y que todos vean y disfruten su esplendor. Que ya ninguna sombra empañe sus días.Que pueda ver su valía. Su belleza interior y externa. Padre Nuestro. Amén.

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