BREVE HISTORIA PARA JUAN PABLO

Era la hora hijo, de la siesta. Allá en ese lugar mágico cantaban las palomas ese extraño canto de amor que cantan las palomas. Y el sol brillaba fieramente. Más, eso no detenía a la figurita solitaria de la niña que caminaba por el camino de fuego a esa hora.Ella sonreía. Porque, a esa hora, ella podía montar un caballo sin que nadie la detuviera. Y entonces el caballo más indócil la miró con ojos mansos. Y ella montó en ese corcel de diseño único. Galoparon a través de los campos solitarios durante horas.Y fué ese día que ella llegó hasta donde nadie nunca había llegado, un lugar que s´lo ella había podido ver en sueños. Allí el sol era una caricia tibia, el agua cantaba en arroyitos de cristal. Ahí, ella vió reflejada en las aguas, su imagen, pero ésta cambiaba y ya no era una niña sino que había crecido. Ella vió su rostro de mujer.Ella no se asustó sino por el contrario, se quedó muy quieta muy callada y entonces ante sus ojos como en una película vió escenas de su vida de su devenir.Se quedó allí hasta que las visiones cesaron. La niña olvidó esos sucesos extraordinarios. Jamás le contó a nadie sobre ello. Ese día, hijo, esa niña te conoció a vos. Y supo que iba a ser tu madre.Desde entonces , ella te esperó.Mientras lo hacía, te amó y ese amor ha crecido y es tan grande que será por siempre. Y eso, ese cariño es el que mueve su ya cansado cuerpo. Tú eres el motor que la alienta a levantarse cada día a luchar por la vida, a voltear los obstáculos TÜ. MI QUERIDO HIJO