Un día, un momento

Un día, un momento
María, la autora

domingo, 14 de diciembre de 2014

CARTA A JUAN PABLO

Hijo mío, entre este mundo y otro que nadie conoce. Hijo chiquito, hijo crecido, hombre-hijo MÍO.Dejame acariciarte con música,. con las voces de mi alma estremecida por vos y tu aislamiento. En tu presencia siento como si una verdad que no alcanzo a entender del todo-mis sentidos no alcanzan-me dictara palabras, como aquella vez de tus 8 meses, cuando "te diagnostiqué".Me rindo ante tu inmutabilidad, tu ausencia de quejas, tu voz que se ha ido, tu hombría, que tú no lo sabes más ees una cualidad, muy poco vista. Tu entereza.HIJO MÍO ANTE TU PRRSENCIA, siento como soy de poca cosa, como soy pequeña, atiborrada de frivolidades, de este mundo, al que mal me pese y les pese a muchos, también pertenezco.Que no puedo escapar a las convenciones y a las miles de idearios y establecidas costumbres y protocolos.Hijo mío, que guardas un misterio que para vos no ha de serlo, y que no entiendes mis afanes, mis lágrimas, y tampoco mi insistencia de estar cerca tuyo.Sabés? yo SIENTO TANTO ORGULLO DE QUE SEAS MI HIJO. Algunos pensaron estos días en que yo quizás preferiría "un hijo normal", no saben que estoy pendiente de tu salud que no quiero que te pase nada malo, que quisiera ser como Dios para saber QUÉ TENGO QUE HACER.Juan Pablo, voy a ir a buscarte. Y ya no sé hijo si después que salgas de esto, soportaré verte de nuevo en lugares que no tienen nada que ofrecerte.Yo sé que vamos a encontar el lugar físico, donde puedan los terapeutas-los que desean trabajar de verdad- ayudarte a seguir desarrollando las herramientas, tan simples! que usamos en este mundo, que desde muy pequeños, aprendemos porque, la verdad, somos así, simples,
nuestras paredes son los parámetros de esta sociedad. Una vez que termines de entenderlo podrás vivir donde quieras y te agrade, porque esto se trata de un rol que uno asume y maneja frente a los otros-la sociedad de los hombres-y, que, luego a solas con su propio ser, puede arrojar lejos y ser uno, uno mismo. De eso se trata Juan Pablo. NADA MÁS QUE DE ESO.

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