Un día, un momento

Un día, un momento
María, la autora

sábado, 10 de enero de 2015

PALABRAS PARA ESE HIJO QUE AMO TANTO

A Dios doy gracias de que vives en otro espacio temporal, Juan Pablo. Esa dimensión tuya, esa lugar que no podemos ubicar, es también tu obstáculo y tu defensa. A Dios doy gracias amor. Es como el salvavidas a que se aferran l
os náufragos. Es lo que te permite renacer una vez más. Quizás cuando estudien tu genoma, muy pronto, a los comunes neurotípicos nos sea dado, el asomarnos a esa casa tuya. Poco creo en las ciencias del hombre-ya a esta altura hemos vivido y pagado tours científicos- más, soy optimista como defecto de nacimiento. Mis padres eran así, esa parte de esos genes pasó a mi hermano Miguel y a mí. Una buena herencia. Eso me ha permitido andar este camino a tu lado y por tí.Hoy estabas hermoso bajo esa arboleda que es techo de frescor y verde. Y estabas bien. Antes de volver desparramé ese rosario de palabras de cariño para tí, en voz baja, para que tú solo, escuches. Yo creo que me escuchas más allá del silencio aparente de distancia, que nos separa, por las cirscuntancias. Yo pienso que las pequeñas hojas que el viento acarrrea, te llevan canciones que te canto. Y palabras, arrullitos, que, te digo todo el tiempo.Tu imagen va conmigo a todas partes. Anda conmigo en las calles, entre las gentes, en los andenes,en los viajes inverosímiles en colectivo, entre rostros fatigados, de hombres y mujeres que escuchan vaya a saber qué música, en sus auriculares, en la calle solitaria del mediodía ardiente. En mi noche y en mi dñia. Sé que cuando por fin! te quiten ese bozal de químicos, podrás volver a mi lado. No cuento las horas, vos me enseñaste a no contarlas sino, a vivirlas. 

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