SOMBRÍO SUR

Pude regresar-pisar Chile-recién en el año 2005.Me llevaba el afán de volver a ver mi antiguo país, de que me devolvieran la identidad, mi documento. También reclamaba mi indemnización laboral.Esto último, en mi ignorancia de cómo se manejan en Chile las cuestiones que tienen que ver con los daños causados por los 17 años de dictadura. Mal. En esto siento un orgullo por mi mitad argentina, ya que acá SÍ! se ha hecho lo que corresponde. Juzgar a los asesinos, e indemnizar a las víctimas. Aunque siga la búsqueda de hijos apropiados por lo sembradores del terror.Pude visitar (tardíamente) las tumbas de mis padres y mi hermano. Que descansan juntos los tres en el cementerio de Nueva Braunau-sí, el nombre de la ciudad natal de Hitler, en fin!-Pero pude también estar con la familia, disfrutar los bellos paisajes, emocionarme con la antigua casa donde vivíamos con mi madre.Y contarle a su retrato que había vuelto.Cuando nos despedimos en aquelos tiempos las dos sabíamos que era para siempre.Yo intuía que acá no lo iba a pasar nada bien. además no quería dejar Puerto Montt pues mi hermano menor, Jaime era un un prisionero político. Fué torturado, vejado, etc. Y salvó de terminar ahí gracias a la visita de una delegación de legisladores norteamericanos que promovía el ex Presidente Carter. Pinochet asustado trató de vaciar las cárceles de presos políticos. Y asi fué que con la ayuda del Cardenal Silva Henriquez, pudo asilrase acá en Buenos Aires yacomo refugiado del ACNUR.Y a fines del año 76'(plena dictadura de Videla) fueron recibidos, él y su familia en Austria.Allí se restañaron sus heridas,allí se criaron(una nació en Viena) sus tres hijas.Y cuando lo sacaron de la lista negra(de Chile) voló allá a tiempo justo para vivir con nuestra madre los últimos días de eela. Si ha salido toda esta bronca de mí en estos días, reviviendo "el pasado" es porque Jaime, finalmente, se quebró. Y está muy mal, física y mentalmente. Él había emprendido prósperos negocios relacionados con el turismo allá en P. Montt. Un día vió que lo saludaba su vecino. Le parecía un rostro familiar, conocido. Y cómo para no! era su antiguo verdugo, unos de sus torturadores. Ahí empezó a vender aquí, a formar otra cosa allá, pero, lentamente se fué hundiendo más que económicamente, moral y físicamente. Ahora está muy mal. Yo DEBO ir. Malo para él haber vuelto. Yo no extraño esa tierra. El sur, amén de semejantes recuerdos, puede ser un lugar muy, muy sombrío.Yo nací más al norte donde maduran las uvas, donde la vida hace mucho tiempo supo ser una fiesta: CHILLÁN