ACOMPAÑANTES

Empecé a buscar acompañante. Había una chica que ya no trabajaba más en el Centro, y fué ella misma la que se ofreció. Y venía bien, ya que, conocía a Juan Pablo. Venía a las 8 y se marchaba a las 14 hrs.  Estaban un rato haciendo alguna tarea dentro de la casa, más, ante la insistencia de Pablo, iban hacia el "espacio verde". Ella lo cuidaba mientras él corría, andaba en bici. Ya no iba tanto a las hamacas. Yo veía que mi hijo parecía estar tranquilo, moderado, en esta compañía. Y, así era. Llegamos al mes, así. Una mañana, ella no vino. Era de lunes a viernes, y como justamente ese día era viernes, no me extrañó.Más tarde, me llamó. Me pidió que la disculpara, que ya no iba a poder seguir. No pregunté porqué. Sólo supe-por mi hijo mayor-que la conocía, sus razones. Ella estaba muy mal, dolida, había sido maestra de Pablo, y no pudo entender-le dijo a mi hijo- porqué la gente reaccionaba así, con el chico. Claro, yo no veía todo lo que pasaba afuera. Es más, en esos momentos, aprovechaba para ponerme al día con el trabajo de la casa. Y había habido cruces entre ella y los vecinos.Mal, algunos hasta groseros.Puse un aviso en el diario(me daban ganas de poner:si ud es valiente, si le atrae el peligro, etc)pidiendo una persona para acompañar chico con autismo. Cuando llegaban y veían de lo que se trataba, sólo quedaron dos. Les dije que, bueno, que probaran. La chica, Irene, estuvo dos días. Y llamé al otro.Silverio. Silver-quería que lo llamaran- . Estuvo casi 1 año.Continuaré en otra entrada.