Un día, un momento

Un día, un momento
María, la autora
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viernes, 12 de febrero de 2010

LA LÁMPARA REVELADORA.

Y seguían pasando los días. Ya me había ido acostumbrando a la indiferencia de mi bebé, a su aire de persona ensimismada-le decíamos el Sr Importante-una ocurrencia de mi hijo Roberto, por ese tiempo de diez años. Salíamos. ïbamos a la plaza, a comprar, a la escuela de Roberto. Él-Juan Pablo-había empezado a emitir fonemas, da, ta da , cuando yo llamaba a el hermano, él, acompañaba con un da ta. Por un largo tiempo, lo llamamos así-a Roberto-cuando le hablábamos de él a Juan Pablo. Sonreía mi bebé en aquellos días, parecía feliz Empecé a notar su fascinación por las luces, alumbrado, letreros luminosos, las luces de la casa. Nos habíamos ido a vivir en una casita, ésa la de cerca del rio. Ya tenía 8 meses. Yo tenía y tengo, la costumbre de quedarme leyendo por las noches es mi postre de la jornada, así es que mantenía una pequeña lámpara encendida hasta tarde.Acostaba a mi niño-mi otro hijo se dormía temprano- mi marido trabajaba de noche,y vigilaba al nene para ver si se dormía. No lo hacía, él miraba fijamente la luz. Lo daba vuelta-no quería renunciar a mi lectura-y seguía leyendo. Y volvía a mirarlo. Él estaba de nuevo, con sus ojos abiertos, sin pestañear mirando la luz. Estuvimos así unos días. Una de esas noches, no sé porqué, no lo di vuelta. Dejé el libro y me puse a observar. Tomé nota de la hora.Cerca de las 12-habían pasado casi dos horas- él seguía mirando a la luz. Y, allí, se me vinieron a la mente palabras-que había leído- y ahí depronto, en esa íntima habitación, me sacudió UNA en especial: AUTISMO, eso es, él es así, Dios. Y salí corriendo. Al patio solitario. Y le grité al cielo, al silencio: porqué, qué voy a hacer,nadie va a entender, cómo se lo digo al padre, me va a tomar por loca, porqué. qué va a ser de él? si ni nombre ni patria tengo, no, NO NO!!! Finalmente volví al dormitorio. Y apagué la luz. Mi vida, SU VIDA, nuestras vidas habían cambiado para siempre. El misterio ya no lo era. Por lo menos el nombre. Él se durmió al fin y yo también. Por la mañana en esa casa, mi casa, nada parecia fuera de lugar. Continuaré en otra entrada.