No es menor la importancia del rol de los hermanos en las familias con un hijo autista, o con TGD, como prefieren algunos. He visto-con profunda pena-el fastidio evidente de algunos hermanos, un nene de 8 años que me decía cuánto anhelaba que a su hermano autista "se lo llevaran", así él, podía invitar a sus amigos, llevar , una "vida normal" .Finalmente, su deseo se cumplió. Allí, la única que sufrió por esa ausencia fué la abuela-una mujer que sabía de trabajo rudo, en el campo-. Ella era la que se ocupaba de Alexis-el autista-.En nuestro seno familiar somos las madres las que fijamos las pautas, las que, acertadas o no EDUCAMOS. Somos las primeras maestras. Nuestra primera lección es el cariño, la dedicación. Nuestros hijos van a devolver-más allá de su propia impronta- lo que recibieron.No sé bien cómo lo hice-a veces no estuve - pero a mis hijos-los normales"- no les pareció un engorro la presencia de Juan Pablo. Por supuesto, no fué un sendero florido-hubo que sacrificar muchas cosas-pero, deseo destacar su sincera preocupación, sus deseos de ayudar SIEMPRE. Y, a veces, la tristeza...por el hermano-que no podía compartir sus diversiones o sus logros. La fiesta de recepción de Cecilia-ella quería que su hermano estuviera allí...fué difícil convencerla de disfrutar sin culpa. Y, AHORA, ANDA HACIENDO PLANES PARA LLEVAR AL HERMANO A VER A LOS DELFINES. Pero, claro, no todos van a reaccionar de la misma manera...por eso, insisto en este aspecto, el niño o persona con autismo ocupa un lugar preponderante en la familia. Es necesario dedicar una atención quizás profesional a los hermanos.
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