DAVID.

Nunca me habías dejado sola.Es la vez primera y sin compasión, defininitiva. Ah David, que un día cualquiera de un verano ya lejano nos encontramos en un cruce de caminos viniendo de opuestos lugares. Y, allí, sin saberlo, sin buscarlo, unimos nuestras vidas de tal forma, que ya, nunca más pudimos separarnos. David del río, de escuchar el tango, de compartir la infancia de mi hijo que después fué tuyo, y los otros dos que vinieron. David, mi fuerte, mi amparo, mi amor. La última Navidad con Cecilia, Mariana y Santino.